Cataluña: Artur Mas y el gobierno de la confusión
Tres meses después del "Pacto por la Libertad" -por el que ERC daba su apoyo parlamentario a CiU para formar Gobierno a cambio de poner rumbo a la Consulta de autodeterminación "lo antes posible"-, la situación social sigue deteriorándose y los dirigentes de CiU se contradicen entre sí y con ERC cada día sobre cómo hacer rumbo. La política catalana vive en una especie de niebla que va espesándose.
En la izquierda ha surgido con fuerza la propuesta de Proceso Constituyente, que pretende agrupar a toda la izquierda que ha apoyado al movimiento 15 M, el derecho a decidir expresado en la manifestación del 11 de setiembre y la huelga general del 14 de noviembre.
El avance de las crisis van configurando un escenario en el cual no se atisban soluciones favorables para la mayoría dentro del régimen de la segunda restauración borbónica, tanto por el actual marco constitucional que consagra el pago de la deuda y sus intereses por encima de cualquier otra consideración, como por la negativa de los poderes del Estado y sus partidos a cualquier diálogo para que los ciudadanos de Cataluña puedan ejercer el derecho a la autodeterminación.
El gobierno de Artur Mas, que ya ha llegado a los primeros cien días, no ceja de contribuir a la confusión que reina en la política catalana: se ha convertido en normal que sus consejeros se contradigan a diario en público sobre la consulta y el acuerdo con el Estado, en una especie de ceremonia de la confusión, y que cuestionen el pacto con ERC.
La última y más sonada ha sido la conferencia -ante uno de los pilares del Estado, el poder judicial en Cataluña- del conseller de Justicia, Germà Gordó, presentado por Pilar Rahola como uno de los más íntimos colaboradores de Mas: “no veo posible una consulta de autodeterminación sin acuerdo con el Gobierno central”, y ha apelado a no ir "acelerados" en el proceso, ya que el pacto con ERC permite aplazar el calendario para la convocatoria del referéndum. "No tenemos que ir todos acelerados ni nerviosos", ha pedido el conseller de Justicia, en una conferencia pronunciada en el Foro Europa Tribuna Cataluña, ante una audiencia formada por empresarios y personas vinculadas al mundo de la administración de justicia, en la que ha apelado reiteradamente al diálogo”. Así lo relataba La Vanguardia, entre grandes elogios a su postura “dialogante”, lejos de los excesos de ERC y de otros dirigentes de CiU.
Germà Gordo es una pieza clave en Convergencia, siempre vinculado al “núcleo duro”, y ha sido señalado con frecuencia como el urdidor de la financiación de CDC que está siendo investigada en los tribunales. Al día siguiente, la “otra” mano derecha de Mas, Francesc Homs, tuvo que desmentirle como portavoz del Gobierno para calmar a una ERC que había salido en tromba reclamando “lealtad de los consejeros de CiU hacia el propio Mas y el pacto de gobernabilidad”. Lo único cierto es que el Gobierno comunica un imagen de confusión y desconcierto, de no saber hacia dónde se dirige, de haber perdido el norte.
Este mismo diario, La Vanguardia, que hace pocos meses era el oráculo de Mas y su aspiración de un “Estado propio”, ahora sólo dedica una fotonoticia a la formación del Consejo de Transición Nacional. El incidente de Joan Tardà en el Congreso, del que fue expulsado por hablar en catalán… ni aparece. Este es uno de los motivos de la “confusión” convergente: los representantes de la gran burguesía catalana (si es que existe en tanto que burguesía y en tanto que catalana) han abandonado a Mas a su suerte; es más, probablemente le están buscando relevo.
De bien poco han servido las resoluciones a favor del derecho a decidir, aprobadas con mayoría superior a los 2/3 del Parlament (CiU, ERC, PSC, ICV-EUiA, CUP). Que Convergència discrepe de Unió, y Unió de Convergència soto vocce, era casi un divertimento en los medios de comunicación: hoy en día muestran estrategias claramente divergentes en el terreno nacional. Una parte de Convergencia, la mayoría de Unió de Duran i Lleida y la mayoría del PSC sólo apoyarían la consulta previo acuerdo con el Estado Español (PP y PSOE), lo que significa renunciar a ejercer el derecho a la autodeterminación y aceptar el papel subsidiario de Cataluña como nación.
¿Y el Parlament y la movilización popular?
Las mayorías de CDC y ERC, además, han diseñado un proceso básicamente gubernamental. Esta misma semana se ha constituido el Consejo de Transición Nacional nombrado directamente por Mas con el acuerdo tácito de Junqueras, al margen de un Parlament que está siendo desdeñado y ninguneado en un proceso diseñado y controlado “desde arriba” y que se está desarrollando al margen de aquella mayoría del pueblo catalán que se movilizó y se puso en pie el pasado 11 de septiembre para reclamar “su” derecho a decidir, que ahora asiste más bien perplejo a tanta confusión.Un proceso tan complejo, política y jurídicamente, como el reconocimiento de los derechos nacionales, en una España que ha hecho de la negación de ese derecho democrático una razón de Estado, una de sus razones de ser, no puede tener éxito sin apelar a la movilización popular.
La ausencia de esa movilización y el intento de Convergència de sustituirla por su lema “Tots amb el President” (Todos con el presidente) está en la base de la actual situación de bloqueo y desorientación del Gobierno, al que las organizaciones de base popular, integradas en la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC), cada vez miran con más desconfianza por mucho que CiU haya cambiado su eslogan por “Seguimos el rumbo. Habrá Consulta”
Todo ello se asemejaría al juego de la oca: cada vez que Mas mueve ficha cae en la casilla equivocada y le hace volver a la salida… Su gobierno no arranca y se mueve mejor entre bambalinas y reuniones “secretas” del propio gobierno, después con Rajoy y luego con Rubalcaba sobre el nivel de déficit y la consulta (ambos le han dado un “no” categórico). Reuniones “secretas” que luego son ofrecidas como vulgar exclusiva con fotos incluidas.
Y mientras todo esto pasa, el propio Mas tiene una “ocurrencia” y lanza una “oferta” en plan rebajas al PSC y ERC para formar un gobierno de concentración… dada la “situación de emergencia nacional”. Me imagino a Junqueras y Navarro mirándose y echándose a reír. En otro momento tal oferta hubiese tenido al país en vilo; hoy el debate periodístico no dura ni 48 horas, todo el mundo sabe que es CiU la que ha de escoger pareja de baile, pues cualquier trío es ahora mismo incompatible.
Los interminables casos de corrupción
Los episodios de corrupción están, a su vez, laminando la credibilidad de Artur Mas y CiU. Por mucho que Artur Mas acuse al Estado de “guerra sucia para minar la moral de los catalanes”, su recurso de envolverse en la senyera aparece cada vez más como un intento inútil e ingenuo de tapar los casos de corrupción.Son muchos casos, no son un accidente. Si hace pocas semanas asistíamos al vergonzoso acuerdo entre la fiscalía y el partido de Duran i Lleida, por el que se reconocía la financiación irregular de Unió Democrática a cambio de eludir la prisión, esta semana ha declarado por el "caso ITV" ante el TSJC, Oriol Pujol –el hijo de Jordi Pujol y hasta hace unas semanas secretario general de CDC y portavoz del grupo parlamentario de CiU-. Flanqueado por la cúpula de CDC, declaró durante diez horas como imputado por tráfico de influencias. Se ha defendido apelando al “interés público”, pero su imputación ha comportado cambios fundamentales en la dirección de CDC y del Grupo Parlamentario de CiU.
Las acusaciones sobre blanqueo de dinero contra otro hijo de Jordi Pujol, y contra el mismo de tener cuentas en Suiza, han hecho mella: los servicios secretos del Estado saben muy bien que la corrupción puede lastrar el proceso hacia la consulta. Si quienes lo pretenden dirigir no tienen las manos limpias… Un conocido periodista me decía, refiriéndose a la corrupción y el proceso hacia la consulta: “Hijos de puta ha habido siempre, estos son nuestros hijos de puta y ya los tenemos aquí, prefiero la independencia y ya nos encargaremos de ellos…” Pero hay mucha gente que honestamente quiere la consulta y es independentista que no está dispuesta a que la “senyera” quede manchada por la corrupción.
A ello han contribuido también otros casos que, en este mismo espacio de tiempo, han obligado incluso a una Comisión de Investigación en el Parlament sobre casos de corrupción en la gestión de la sanidad: el diputado de CiU, Xavier Crespo, supuestamente implicado en relaciones con la mafia rusa, o el ex director del Instituto Catalán de la Salud y otros personajes como Bagó y Manté.
Fuera del Parlamento, varios casos más han afectado a otros dirigentes convergentes por malversación de fondos. El "caso Palau" sigue planeando sobre la sede embargada de CiU y Mas se salvado gracias a los votos de ERC de comparecer en el Parlament. Todo con el telón de fondo de los diferentes casos de espionaje político entrecruzado de PP, CiU y PSC protagonizados por la empresa Método 3 y la acusación de evasión de capitales contra la familia Pujol.
El Gobierno más débil
A medida que pasa el tiempo, el Gobierno Mas se va revelando como el más débil que ha tenido Cataluña: un ejecutivo sin fuerza, sin autoridad, envejecido prematuramente, que funciona a tirones y que, por los cánticos de sirena al PSC de los últimos días, pareciese que sus pactos de gobernabilidad con ERC están en el taller de reparaciones… Pero el mecánico se llama Rajoy, que es quien tiene todas las claves del presupuesto que debería haber aprobado ya el Parlament de Cataluña.La política catalana se encuentra en un callejón sin salida. La confrontación social es cada vez mayor, más evidente, palpable. La “devaluación interna” se está haciendo sin “anestesia social”, a base de atacar los derechos laborales, los salarios, los convenios… El aumento de competitividad se está consiguiendo a base de despidos masivos, desmantelando el tejido industrial sin el cual es difícil entender la propia Cataluña… El ajuste en los presupuestos, que ya no puede recibir el nombre de recortes, sino de amputación del “estado del bienestar” en educación, sanidad, atención a los mayores, discapacitados, impago a los hospitales y farmacias, así como a entidades sociales que vehiculan en muchos casos el ejercicio de los derechos sociales. El paro ya suma casi 900.000 personas, de las que más de 600.000 no recibirán ninguna prestación social este año, el 52% de los jóvenes no tiene trabajo.
Las clases trabajadoras están sufriendo un ataque sin precedentes a sus condiciones materiales de vida. Los informes de Cruz Roja, del Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo), de Cáritas… coinciden en calificar la situación de “emergencia social”, con especial incidencia en la infancia, la gente mayor -que con su pensión ha de mantener malviviendo a familias enteras- y las mujeres. Las capas medias se están proletarizando a marchas forzadas y el tránsito entre una situación relativamente cómoda a la exclusión social tiene un ritmo aceleradísimo, como se ha visto en los miles de casos de familias desahuciadas tras perder el trabajo.
Todo ello tiene su reflejo en diversas encuestas, que pronostican un Parlament “ingobernable” si ahora se convocasen elecciones: sigue el descenso acusado de CiU, que pasaría de 50 a 42 diputados, ERC de 21 a 27-28, PSC de 20 a 16-17, PP de 19 a 16-17, ICV-EUiA seguiría con 13 y aumento de Ciudadanos de 9 a 13-14 y la CUP de 3 a 6.
El desgaste de los dos partidos que han sido centrales en Cataluña (y puntales del régimen de la monarquía en el Reino de España) sigue siendo muy acusado: CiU perdería 20 diputados en seis meses y el PSC continua en caída libre. ERC, C’s y la CUP obtendrían fuertes aumentos. El desgaste del PP sigue siendo moderado. ICV-EUiA no logra capitalizar el desgaste del PSC y aglutinar en su entorno la movilización social.
Si CiU pudiera pactar con ERC, PSC o PP para alcanzar la mayoría absoluta del Parlament, unos resultados como los que predicen las encuestas obligarían a un pacto “a tres”, pero entre fuerzas incompatibles entre sí bien en el eje social o en el eje nacional (más aún si tenemos en cuenta la polarización que provoca la conflictividad social).
La capacidad de CiU de actuar como fuerza central en la política catalana se debilita a medida que pierde legitimidad; y a su vez se desvanece la posibilidad de un gobierno “estable” de la sociovergencia, por la cual aboga, cada vez con menos disimulo no sólo la burguesía catalana, cada vez más comisionista y parásita de los presupuestos, sino el propio PP catalán que propone a CiU que rompa con ERC y ¡pacte con el PSC!
Los Godó, Fainé, Oliu (por citar tres apellidos de la gran burguesía catalana) han abandonado a Mas a su suerte. Intentaron –sin éxito- evitar el pacto entre CiU y ERC tras las elecciones de noviembre pasado, y no se han quedado de brazos cruzados estos meses... Vieron, ven, contrario a sus intereses la influencia de ERC sobre el gobierno. Los Godó, Fainé, Oliu y compañía quieren que Mas eche el freno y congele la consulta mediante un acuerdo (honroso o no) con el gobierno central y un pacto en Cataluña con el PSC, que de momento se resiste:… “de entrada, no”… pero si finalmente CiU cambia de rumbo (o de líder) se mostrarían como un partido responsable (y de gobierno)… como siempre han sido. En definitiva, su temor más importante siempre ha sido el pueblo y más aún el pueblo movilizado.
Ahogarse a cuatro o a tres metros… pero ahogarse
Con todo, son los presupuestos y no la consulta soberanista la clave del momento político actual. CiU afronta esta etapa con un gobierno en minoría, desacreditado por la corrupción, con un presidente que quiere pasar a la historia con mayúsculas pero que parece tener poca comprensión de los procesos históricos, de entender que los cambios históricos exigen grandes mayorías, que exigen alianzas, agrupar las fuerzas necesarias… construir hegemonía.Mas, que no deja de repetir que Cataluña vive su momento histórico más importante “en 300 años”, no ha sido capaz de presentar el anteproyecto de presupuestos, pendiente de que Madrid flexibilice el techo máximo de déficit, lo que no ha impedido una nueva oleada de recortes, que ya merecen el nombre de “amputaciones”, a la sanidad, a una educación que tiene que cerrar escuelas, a los sueldos de los trabajadores públicos, forzando EREs en empresas públicas...
En este escenario, el gobierno Rajoy, del que CiU es a la vez cómplice y prisionero, sigue estrangulando las finanzas catalanas, sabedor que la tramitación y debate del presupuesto catalán es una bomba de relojería para el pacto CiU-ERC; un vía crucis que llegará hasta donde se sitúe el límite de déficit (entre el 0,7% y el 2% en la versión más optimista).
Ello implicaría un recorte de entre 2.500 M€ a 4.800 M€ a un presupuesto no finalista de 22.000 M€. Es como decidir si te ahogas a 4, 3 o a 2 metros de agua… ¿Quién avalará unos presupuestos que implican un sufrimiento masivo? ERC apoyó el Decreto-Ley por el cual se prorrogaban los presupuestos del 2012, pero también ha dicho que no apoyará los presupuestos ni aún en el caso de un déficit inferior al 2%.
¿Cambio de socio?
Claro que a Mas no le ayuda mucho a disipar la confusión que reina en el gobierno y sus aledaños el hecho que el líder de ERC con quien ha firmado el Pacto de gobernabilidad, Oriol Junqueras, sea a la vez socio de CiU y Jefe de la Oposición al gobierno de Artur Mas: por las mañanas actúa de fiel escudero y por las tardes fustiga los recortes y las incongruencias del mismo gobierno del que es socio.Hace pocos días Oriol Junqueras alertaba -con gran gesticulación- contra las consecuencias catastróficas de aprobar el presupuesto presentado por CiU: “quien crea que apoyaremos unos recortes de 4.400 M€ o de 3.500 M€, no está en sus cabales”. Pero ERC ya sabía cuál era el panorama presupuestario antes de firmar su acuerdo con CiU a cambio de que la Consulta se convoque en 2014.
El PSC, por si acaso, se mostraba dispuesto a colaborar con el gobierno convergente en la aprobación de los presupuestos, siempre que renunciase “poner fecha a la consulta”, de hecho a renunciar al proceso soberanista si no hay acuerdo con el Estado, lo que es lo mismo que renunciar a él. Consecuencia: Los presupuestos no se han presentado y cada mes el gobierno asegura que lo hará el próximo… ¿hasta cuándo?
Todo ello parece poner sobre la mesa un cambio de socios o una convocatoria de elecciones en pocos meses. Las especulaciones aumentaron con los ecos de las reuniones “secretas”. Las declaraciones del portavoz del gobierno de Artur Mas, en el sentido de “abrir todos los canales de diálogo con el gobierno central”, fueron la señal más clara de un giro que se había iniciado semanas antes. Los contactos con el gobierno Rajoy dieron lugar a otra reunión secreta sobre al nivel de déficit de los presupuestos y la financiación de la Generalitat, a cambio de renunciar, posponer indefinidamente … una consulta que ni PP, ni PSOE piensan permitir en cualquier caso.
Pero esto implicaría romper el pacto de gobernabilidad entre CiU y ERC, lo que está muy lejos de producirse… pese a los intentos ímprobos de Duran i Lleida (cada vez menos apreciado en Cataluña), de Rajoy, de Rubalcaba, de los partidos del régimen de la restauración borbónica, que verían en la renuncia “de facto” al derecho a decidir… un alivio en la crisis cada vez más profunda que vive el Reino de España.
Por otra parte, no apoyar los presupuestos sería para ERC tanto como renunciar a la consulta y ERC ha antepuesto claramente el eje nacional al eje social. Por otra parte sería un mal “negocio” que echaría a CiU en brazos del PSC y aparecería como la responsable de la renuncia (o aplazamiento) de Mas a la Consulta. Esta opción, a los ojos de ERC, sólo tiene un ganador: el PP de Rajoy y el PSC. Por tanto, es descartable. El “giro social” que prometía ERC en los presupuestos no existirá, acabará apoyando los que presente CiU y redoblando la gesticulación contra unos recortes y a favor de la independencia como única solución: “cuanto peor nos trata Madrid, más claro estará que no podemos seguir en España”, repite Junqueras una y mil veces todos los días.
¿Podríamos ir a unas elecciones anticipadas a pocos meses de las anteriores? Es muy improbable. CiU es ante todo un partido de poder y hará todo lo posible para mantenerse en él. Si ahora las condiciones son sumamente complicadas, la convocatoria de unas nuevas elecciones debilitaría principalmente a CiU. Pese a toda la situación de crisis social, económica, nacional… por mucho que avance la crisis política, CiU intentará mantenerse en el gobierno todo el tiempo posible… Para ello necesita apoyos, preferiblemente de Junqueras antes que de un Pere Navarro incapaz de convencer al PSOE que reconozca el derecho a decidir de Cataluña.
No se trata de un simple cambio de apoyo parlamentario: sería entendido como una traición por la mayoría de sus votantes y sólo sería cuestión de tiempo certificar la muerte política de Artur Mas –y Mas quiere pasar a la historia del catalanismo como un símbolo, no como un traidor-. Difícilmente podría seguir siendo Presidente quién hace pocos meses se presentaba como el Ulises que llevaría a Cataluña hacia la soñada Ítaca. Y con él se hundiría buena parte del equipo dirigente de CDC surgido del último congreso: Homs, Gordó, Turull, Rull…
Romper el pacto con Oriol Junqueras para pactar los presupuestos con el PSC (esto es, renunciar a la consulta y asumir recortes de miles de millones de €) sólo tendría un beneficiario claro: ERC. Por otra parte, el PSC difícilmente se prestará a ser un actor secundario... llegado el momento es posible que fuese la dimisión de Mas la que cerrase un acuerdo.
A Mas le queda un consuelo en casa ajena: ¿hasta dónde está dispuesto Rajoy a ahogar las finanzas catalanas? ¿Hasta el punto de comprometer cualquier atisbo de recuperación de la propia España, de la cual Cataluña representa más del 20% del PIB? Pocas veces un gobierno ha estado tan perdido entre lo onírico y lo metafísico.
¿Un Proceso Constituyente?
En la izquierda ha aparecido con fuerza e interés la propuesta apadrinada por Arcadi Oliveres (economista y presidente de Justicia i Pau) y Teresa Forcades (monja benedictina) –ambos vinculados al 15M y con un reconocido prestigio muy transversal- de hacer confluir ciudadanos, organizaciones, sindicatos, entidades y partidos (ICV, EUiA, CUP, Revolta Global-IA, En Lluita…) entorno a un programa de diez puntos y una propuesta de Proceso Constituyente. La propuesta responde a una necesidad real de reagrupar en una alianza social y política a todos aquellos que han apoyado y recogido las reivindicaciones del 15M, la manifestación del 11 de septiembre y la huelga general del 14 de noviembre.La propuesta de agrupar desde la izquierda socialdemócrata a la izquierda anticapitalista ha de madurar, pero responde a una realidad objetiva. Por una parte, ninguna de las organizaciones de la izquierda puede por sí sola, ni siquiera a partir de la unidad sindical, hacer frente al “proceso deconstituyente” que está machacando las condiciones materiales de vida de buena parte de la población hasta límites de simple supervivencia. Y por otra, la movilización, cada vez mayor y más radicalizada, necesita de un “sujeto político” que acumule fuerzas, actúe con perspectiva de frente único, sea capaz de liderar a la mayoría de la población y disputar la hegemonía a las políticas neoliberales y al sistema desde un “frente anti-troika”
El propio ejemplo de la lucha de la PAH (movilización intensa, desobediencia civil, reforma del ordenamiento jurídico) ha topado con el muro de la mayoría absoluta del PP. A pesar de ser una de las movilizaciones más masivas, heroicas y combativas que se han conocido, no ha sido suficiente para conseguir la aprobación de la iniciativa legislativa popular (ILP). Se necesita una alianza desde la movilización y la política a favor de los intereses de la mayoría.
Esquerra Unida i Alternativa (EUiA) ya se mostró en su Asamblea favorable a la formación de un “nuevo espacio” unitario por el derecho a decidir y contra las políticas del “austericidio”: lo que los medios llamaron la “Syriza catalana”. Iniciativa per Cataluña (ICV), que este fin de semana ha celebrado su Asamblea, se ha mostrado también favorable. En su documento político podemos leer: “Nuestro papel es colaborar a encontrar objetivos comunes, agregar luchas y alternativas. Sumarse y sumar a otros a una nueva alianza social y ciudadana para cambiarlo todo”. La CUP, la nueva fuerza independentista y anticapitalista que ha entrado en el Parlament de Cataluña, también se ha mostrado dispuesta a reforzar un “marco unitario desde abajo”.
Como suele decirse, “el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones” (a veces en forma de simples ilusiones o espejismos). Para que la unidad cuaje, la izquierda también necesita “su” propio proceso constituyente alejado de hegemonías, personalismos y patriotismos de partido. Veremos cómo evoluciona, cómo madura… pero el aire está preñado de unidad y sería bueno que esta vez la unidad, que todos quieren y proclaman, vea la luz y no quede en una frustración más.
David Companyon
i Costa es miembro del Consell Nacional d’Esquerra Unida i
Alternativa y diputado por la coalición ICV-EUiA en el Parlamento catalán
Artícle publicat a SinPermiso: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5887
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